11 de agosto de 2016

La muerte llega a nosotros

Fuocoammare
Dirección y guión: Gianfranco Rosi
Italia-Francia/2016


El documentalista Gianfranco Rosi –Rosi es un apellido siempre asociado al cine italiano-, realizador de Sacro Gra y Sicario, presenta un cuadro de situación de la isla de Lampedusa, frente a Sicilia y a pocas millas marinas de África. Hacia allí se dirigen las barcazas abarrotadas de refugiados africanos que huyen de condiciones de pobreza extrema con la ilusión de una vida mejor en Europa. Conocemos el drama: durante el viaje de varios días en condiciones miserables –que les ha costado su buen dinero- cientos de hombres, mujeres y niños sufren hambre, deshidratación y asfixia. Las patrullas costeras italianas cumplen con el duro trabajo de rescatar a los sobrevivientes, trasladar los numerosos cadáveres, ocuparse de la recuperación física de los refugiados  para después insertarse en la sociedad.

El documental no ahorra detalles visuales, por escabrosos que sean: si al principio vemos barcos y helicópteros en tomas panorámicas, voces anónimas pidiendo rescate por radio, a medida que avanza el film la cámara se acerca a esos seres, se hacen identificables y el film cobra mayor dramatismo, hasta llegar a la exposición de la muerte, en suma. Sin embargo, el film se resiste a dar detalles de la peripecia.


El film presenta dos mundos que coexisten, en paralelo: en montaje alternado, registra la vida cotidiana de la familia de un preadolescente que vive ajeno a lo que sucede en su isla. La cámara sigue a Samuele en sus juegos con en el bosque con un amigo y su gomera, sus visitas al médico, su entorno, sus comidas familiares, la mujer con la que vive -también ajena al drama-, los pescadores del pueblo, ni siquiera el locutor en la radio parece tener registro de lo que está sucediendo en Lampedusa. Todos ellos viven sin dar muestras de participar de la dramática invasión que sufre la isla por seres heridos física y espiritualmente. Samuele está en íntimo contacto con la naturaleza –la tierra, los árboles, los pájaros están fotografiados con gran belleza-, pero no tiene ningún registro de lo humano. Sólo el médico, que considera un deber moral ayudarlos, participa de ambos mundos. Tremendo contraste este, entre el individuo identificado, con una historia propia, intereses particulares, dificultades precisas (demasiado obvia la metáfora del “ojo perezoso” de Samuele, è troppo), y la masa de refugiados si nombre, de quienes poco sabemos, que hablan otra lengua y ni siquiera pueden decir de dónde vienen. Pero resulta evidente que su origen difiere en mucho del ambiente que rodea a Samuele.  Es obviamente también contrastante la belleza del lugar (habíamos visto la belleza de Lampedusa en el film Respiro, de Emmanuele Crialese) y la tragedia que amarra en sus playas.


Así como Sacro Gra (ganador del León de Oro en Venecia) constituye un fresco de Roma, en su último documental Rosi compone un cuadro de la situación que hoy atraviesa toda Europa, con la ola inmigratoria, y en cierta manera es un llamado o una toma de conciencia, y una reflexión sobre el rol del cine en esta circunstancia. Fuocoammare (Fuego en el mar) ganó el Oso de Oro en el último Festival de Berlín. Allí fue acusada de pornográfica y exhibicionista, por la crudeza de sus imágenes. No es sencillo filmar la muerte, pero no encuentro aquí ningún regodeo, sino respeto. Sin haber visto el resto de la competencia, en principio parece demasiado lauro para este documental que, si bien muy correcto, no creo que vaya a dejar huella en el género.


Josefina Sartora

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