26 de julio de 2017

Hans Hurch (1952-2017)
In memoriam


Sin esperarlo, sin aviso, ha muerto Hans Hurch el domingo pasado. Quienes hemos seguido la evolución del Festival de Viena –La Viennale- durante los últimos años, conocemos su tarea como uno de los más importantes e influyentes cinéfilos y formadores de tendencias cinematográficas contemporáneas, y un ejemplo como director de un festival de cine.

Fui por primera vez a la Viennale en 2008, y en 2016 tuve mi 5ª Viennale. A lo largo de esas visitas cinéfilas intensas, apasionadas y enriquecedoras, vi el trabajo de Hans, la reafirmación de la Viennale como uno de los mejores festivales del mundo. El Festival de Viena es el “festival de festivales”: por realizarse a fines de octubre, reúne la selección que hacía Hans de lo mejor de los festivales del mundo, a los cuales acudía con su mirada atenta a descubrir toda novedad, toda película de calidad. Con su trabajo con Straub y Huillet formó una concepción abierta y moderna del cine, una cinefilia admirable, y fue el descubridor de talentos de todo el mundo. Asiduo concurrente al Bafici, donde repartía su afabilidad con quien se acercara a compartir con él un café o un vino entre una película y otra, llevó a la Viennale a los nuevos talentos de iban emergiendo en Argentina, desde Lisandro Alonso hasta Gastón Solnicki, sin dejar de mencionar su retrospectiva de Raúl Perrone. Y de la misma manera procedió con el cine de otros países. Sus principios y teorías cinematográficas siempre estuvieron planteados en los sesudos escritos que publicaba en los catálogos.


Esto viene unido a la hospitalidad que Hans le imprimió al festival, dispuesto a albergar a realizadores, actores top y técnicos, programadores y periodistas de todo el mundo, a reunirlos en sus pródigas y célebres cenas comunales, donde, todos mezclados en una democracia ejemplar, pudimos disfrutar de Viena, y del ambiente de camaradería que Hans supo imprimir, con su afable sonrisa, y sus infaltables camisas y trajes negros de seda.

A lo largo de los veinte años que Hans Hurch dirigió la Viennale, formó un equipo de trabajo que actuó mancomunadamente, con una mirada compartida sobre el cine contemporáneo, llevando siempre una selección impecable a la programación de cada año. Y cada edición del festival funcionó con la precisión que sólo un equipo de austríacos pueden dar. El peso de su labor cinematográfica trascendió el espacio de Austria, ya que, junto a otros programadores internacionales, trazó líneas, formó opinión sobre el cine contemporáneo. Que no se limitaron sólo al cine, sino que en cada ocasión la Viennale presentaba en vivo a algún músico de importancia, como  Patti Smith o Jane Birkin, por poner algún ejemplo.

Los cortos institucionales de la Viennale constituyen un legado simbólico único en el mundo de los festivales. Hans encargaba el corto de cada año a un realizador notable –llámese Jean-Luc Godard, Agnès Varda o Apitchatpong Weerasethakul- quien realizaba un corto siempre sorprendente, notable por su maestría, su abstracción, su contenido.

Gracias Hans, por tu Viennale. Ya nada será igual.

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Unerwartet und plötzlich ist Hans Hurch am 23. Juli verstorben. Jene, die wie wir, in den letzten Jahren die Evolution des Festivals von Wien, der Viennale, verfolgt haben, kennen seine Arbeit als die eines der wichtigsten und einflußreichsten Kinoliebhabers. Er hat das moderne Kino mit geformt und war ein Vorbild als Direktor eines Filmfestivals.

Ich war zum ersten Mal bei der Viennale 2008 und erlebte in 2016 meine 5. Viennale. Entlang dieser intensiven, leidenschaftlichen und bereichernden Kinoerlebnisse sah ich die Arbeit von Hans und die Bekräftigung der Viennale als eines der besten Festivals der Welt – es ist  das “Festival der Festivale”. Um es Ende Oktober zu verwirklichen, entdeckte Hans mit seinem aufmerksamen Blick bei den weltweit besten Festivals jede Neuigkeit, jeden Qualitätsfilm. Durch seine Arbeit mit Straub und Huillet schuf er eine offene und moderne Auffassung des Kinos, eine bewundernswerte Kinobegeisterung, und war der Talenteentdecker der ganzen Welt. Er war regelmäßiger Teilnehmer beim Bafici - dem Festival von Buenos Aires -, wo er seine Freundlichkeit mit jedem teilte, der sich ihm näherte – um zwischen den Filmen einen gemeinsamen Kaffee oder Wein zu trinken – und von wo er neue Talente aus Argentinien, von Lisandro Alonso bis Gaston Solinicki zur Viennale brachte, ohne aufzuhören, seine Rückschau von Raul Perrone zu erwähnen. In derselben Art behandelte er das Kino in anderen Ländern. Seine Prinzipien und Filmtheorien entstammten immer den weisen Ausführungen, die er in Katalogen publizierte.

Hans hat die Gastfreundschaft des Festivals geprägt, immer bereit Regisseure, Schauspieler, Techniker, Programmgestalter und Journalisten aus der ganzen Welt zu beherbergen, um sie in seinen verschwenderischen und berühmten Abendessen, wo wir alle vermischt wie in einer beispielhaften Demokratie, in einem kameradschaftlichen Milieu, Wien geniessen konnten. Unvergesslich sein leutseliges Lächeln, seine unvermeidlichen Hemden und die schwarzen Seidenanzüge.

Über die zwanzig Jahre, die Hans die Viennale leitete, formierte sich ein Arbeitsteam, welches zusammenhielt und mit einem auf das Gegenwartskino gerichteten Blick alljährlich eine tadellose Programmauswahl getroffen hat. Jede Ausgabe des Festivals lief mit einer, nur von einem österreichischen Team garantierten, Präzision ab. Das Gewicht seiner cinematographischen Arbeit ging über Österreich hinaus, da er, zusammen mit anderen internationalen Programmen, Linien aufzeigte und meinungsbildend über das moderne Kino wirkte. Nicht nur auf Kino beschränkt, wurde jede Gelegenheit genutzt bedeutende Musiker, wie zum Beispiel Patti Smith oder Jane Birkin vorzustellen.

Die Institution der Kurzfilme bei der Viennale sind ein einzigartiges symbolisches Vermächtnis in der Welt der Festivale. Hans beauftragte für den jährlichen Kurzfilm einen bedeutenden Regisseur – wie Jean-Luc Godard, Agnes Varda oder Apitchatpong Weerasethakul – die immer überraschende Filme produzierten, welche durch ihre Meisterhaftigkeit, Abstraktion und Inhalt bemerkenswert waren.

Danke Hans, für deine Viennale. Nichts wird mehr gleich sein.

(Traducción Erwin Kuhn)

Josefina Sartora

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